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Ingeniería

Mantenimiento y limpieza del aire acondicionado: claves para alargar su vida útil

Mantenimiento y limpieza del aire acondicionado

El aire acondicionado se ha convertido en un aliado esencial para muchas familias y empresas, especialmente durante los meses de calor intenso. Sin embargo, mantener este equipo en buen estado va mucho más allá de encenderlo y apagarlo: requiere de una rutina de limpieza y cuidados que, si se descuida, puede acortar considerablemente su vida útil. En este artículo, exploraremos las principales tareas de mantenimiento preventivo y limpieza que todo propietario debería considerar para garantizar la máxima eficiencia y prolongar la vida útil de su aire acondicionado.

1. Por qué es tan importante el mantenimiento regular

El aire acondicionado no solo regula la temperatura interior, sino que también incide en la calidad del aire que respiramos. Un equipo sucio u obstruido no podrá filtrar correctamente el polvo, los ácaros y otras partículas, lo que puede afectar la salud de quienes lo utilizan. Además, un mantenimiento inadecuado provoca un mayor consumo energético, ya que el aparato trabaja en exceso para alcanzar la temperatura deseada. Esto se traduce en facturas de electricidad más elevadas y un desgaste prematuro de sus componentes internos.

Por lo tanto, dedicar tiempo a la revisión y limpieza del aire acondicionado no es un mero formalismo y contar con una buena empresa de aire acondicionado que te ayude un capricho. Al contrario, es la clave para:

  • Optimizar su rendimiento: Un equipo limpio y bien cuidado alcanza la temperatura programada más rápido y mantiene un flujo de aire constante.
  • Ahorro energético: Un aire acondicionado libre de obstrucciones puede funcionar a menor potencia para climatizar el mismo espacio.
  • Evitar averías costosas: Al detectar problemas a tiempo, se pueden evitar reparaciones mayores o incluso la sustitución total del aparato.
  • Mejorar la calidad del aire interior: Un buen mantenimiento reduce la presencia de polvo, moho y bacterias en el ambiente.

2. Limpieza de los filtros: la tarea más esencial

Entre todas las labores de mantenimiento, la limpieza periódica de los filtros es, sin duda, la más sencilla y fundamental. Los filtros se encargan de retener las partículas presentes en el aire, evitando que se acumulen en el interior del equipo o que se dispersen por la estancia.

  1. Ubicación de los filtros
    En la gran mayoría de equipos tipo split, los filtros se encuentran justo detrás de la rejilla frontal de la unidad interior. Acceder a ellos suele ser tan sencillo como levantar o retirar la tapa frontal. En el caso de los sistemas de conductos, la rejilla de retorno de aire, normalmente situada en el techo o en la pared, también dispone de un filtro que se extrae deslizando o desatornillando.
  2. Frecuencia de limpieza
    • En condiciones normales (uso doméstico medio), se recomienda limpiar los filtros al menos una vez al mes durante la temporada de uso.
    • Si la vivienda está situada en una zona con mucho polvo, polen o contaminación, o si se convive con mascotas que sueltan pelo, es aconsejable aumentar la frecuencia a cada quince días.
    • En entornos comerciales o industriales, la limpieza puede requerirse incluso con más frecuencia, dependiendo de la actividad que se realice y el nivel de contaminación.
  3. Método de limpieza
    • Aspiradora: Es útil para retirar el polvo superficial, especialmente si el filtro no está demasiado sucio.
    • Agua y jabón neutro: Para una limpieza más profunda, se puede enjuagar el filtro con agua tibia y un poco de jabón suave. Hay que frotar con cuidado, sin retorcer el material, y dejar que se seque completamente antes de volver a colocarlo.
    • Productos específicos: Algunos fabricantes recomiendan sprays o líquidos desinfectantes para eliminar bacterias u hongos. Asegúrate de seguir las indicaciones del manual del usuario para no dañar la malla filtrante.

Un filtro limpio favorece la circulación del aire y disminuye el esfuerzo del compresor. Consecuentemente, el equipo puede funcionar de forma más eficiente y silenciosa, ahorrando energía y reduciendo el riesgo de averías prematuras.

3. Atención a la unidad exterior: la gran olvidada

La unidad exterior —condensadora— es la responsable de expulsar el calor al exterior en modo refrigeración y de captar calor en modo calefacción (en equipos bomba de calor). Suele instalarse en balcones, fachadas o azoteas, y a menudo queda expuesta a polvo, hojas, lluvia y otros agentes ambientales. Ignorar la limpieza de esta parte del sistema es un error grave, ya que un ventilador o un serpentín obstruido con suciedad limita la disipación del calor, forzando el compresor a trabajar más.

  1. Limpieza de la zona circundante
    Retira hojas, basura o cualquier objeto que pueda bloquear la entrada o salida de aire. Asegúrate de que hay un espacio libre de al menos 30-50 cm alrededor de la unidad para facilitar la correcta ventilación.
  2. Serpentines y ventilador
    • Para limpiar los serpentines (las láminas metálicas por donde circula el refrigerante), es aconsejable apagar el equipo y usar un cepillo de cerdas suaves o aire comprimido. Se trata de no deformar las láminas, ya que eso dificultaría el intercambio de calor.
    • Si la suciedad está muy incrustada, existen productos de limpieza especializados en serpentines. Es importante seguir las instrucciones y enjuagar después si el fabricante lo indica.
  3. Revisión de conexiones y desagües
    La unidad exterior también tiene conductos de drenaje que, en caso de obstrucción, podrían provocar goteos o acumulaciones de agua no deseadas. Si detectas algún desperfecto en las tuberías o conexiones eléctricas, lo mejor es contactar con un técnico cualificado.

4. Verifica el nivel de refrigerante y la presión del sistema

Aunque no es una tarea que el usuario final suela realizar, es bueno saber que la presión del gas refrigerante debe encontrarse dentro de un rango determinado para que el aire acondicionado funcione correctamente. Una fuga de refrigerante implica menor capacidad de enfriamiento, un consumo eléctrico más elevado y, en el peor de los casos, daños irreparables en el compresor.

  • Cuándo sospechar de un problema de refrigerante:
    • El aire no sale lo suficientemente frío (o caliente en modo calefacción).
    • Observas formaciones de hielo en la unidad interior o exterior.
    • Notas un incremento notable en la factura eléctrica sin haber cambiado tu rutina de uso.

Si sospechas que hay una fuga o que el gas está bajo, lo idóneo es llamar a un profesional autorizado en sistemas de climatización. Manipular el refrigerante requiere herramientas y conocimientos especializados, además de que está regulado por normativas que protegen el medio ambiente.

5. Revisiones técnicas y mantenimiento preventivo profesional

Si bien muchas de las tareas de limpieza pueden realizarse de forma casera, las revisiones más exhaustivas conviene dejarlas en manos de un técnico profesional. Entre otras cosas, un servicio de mantenimiento profesional puede:

  • Realizar una limpieza interna más profunda en la carcasa y los componentes que no son accesibles fácilmente.
  • Medir la presión del gas y recargar el refrigerante si es necesario, siguiendo la normativa medioambiental.
  • Lubricar motores y rodamientos según requiera el modelo.
  • Comprobar la estanqueidad de los circuitos y la eficiencia de los intercambiadores de calor.

Dependiendo de tu zona geográfica y del uso que hagas del equipo, puede ser suficiente con una revisión anual antes de la temporada de calor. Sin embargo, en lugares con veranos extremadamente largos o en aparatos que funcionan casi todo el año (incluyendo calefacción con bomba de calor), quizá sea preferible al menos dos revisiones (una antes de verano y otra antes de invierno).

6. Consejos para el uso diario que prolongan la vida útil

Aparte de la limpieza y las revisiones, tus hábitos de uso diarios influyen enormemente en la durabilidad del aire acondicionado:

  • No fuerces el termostato: Poner la temperatura excesivamente baja (por ejemplo, 18°C) no enfriará la habitación más rápido, pero sí forzará el compresor. Una temperatura de 24-26°C suele ser suficiente para un ambiente confortable.
  • Apaga el aire acondicionado cuando no se use: Si pasas varias horas fuera de casa, lo lógico es no dejarlo encendido inútilmente. Existen sistemas inteligentes y programadores que ajustan el encendido y el apagado automáticamente.
  • Ventila la casa en las horas más frescas: Antes de activar el aire, puedes renovar el aire interior y reducir la temperatura inicial de la vivienda.
  • Utiliza cortinas o persianas: Una buena protección contra el sol reduce la temperatura interior y, por ende, la demanda de refrigeración.
  • Evita obstruir la unidad interior: No coloques muebles, telas o cortinas directamente frente al split; esto dificulta la circulación del aire.

El mantenimiento y la limpieza del aire acondicionado son tareas esenciales para garantizar la eficiencia, el ahorro energético y la larga vida útil de este equipo. Desde la limpieza de filtros, que es la labor más básica y frecuente, hasta revisiones profesionales anuales o bianuales, cada paso contribuye a que el aparato trabaje con menor esfuerzo y ofrezca mejores prestaciones.

En pocas palabras, un aire acondicionado limpio es un aire acondicionado sano: filtra mejor las partículas del ambiente, consume menos energía y sufre menos averías. Además, toda la familia (o los empleados en un entorno laboral) respirarán un aire de mayor calidad, libre de polvo, bacterias y malos olores. En consecuencia, la inversión en un mantenimiento adecuado se traduce en ahorro en la factura de electricidad, reducción de costes de reparación y, sobre todo, en un entorno más confortable y saludable.

Ya sea que elijas realizar por ti mismo las labores más sencillas, como la limpieza de filtros, o prefieras contratar un servicio profesional para una revisión completa, lo importante es que el aire acondicionado no sea un gran olvidado en tu rutina de cuidados del hogar. Con un mantenimiento preventivo constante, tu equipo responderá cuando más lo necesites y te acompañará con eficiencia durante muchos veranos (e inviernos, si dispones de bomba de calor).

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